miércoles, 29 de julio de 2009

Cotidiano... Pero digno de reflexionar ¿no?


Diariamente en los noticiarios escuchamos información del constante crecimiento de la delincuencia y la poca eficacia de las corporaciones policiacas para frenarla.
Hablan de asaltos, asesinatos, violaciones y mucho más; pero si bien esto es un reflejo de la realidad actual; todos los hechos publicados no son otra cosa más que el grueso de las estadísticas, los números que les dan forma.
¿Pero qué pasa con los afectados después de?... Nunca lo había pensado hasta hace un par de días cuando a mi familia le tocó ser víctima de la delincuencia...
Raúl, hermano de mi madre es chofer de un taxi, desde hace poco más de una década logró ser uno de los beneficiarios de las ya tan codiciadas conseciones de placas en Veracruz. Este año [2009] realizó la renovación de su unidad y hace menos de una semana fue víctima de un asalto y el automóvil le fue hurtado.
Muchos podríamos pensar que si libró sano y salvo este hecho "habría que darle gracias a Dios" [en tono de doña Lucha] y en gran parte es verdad, la vida no tiene precio y la de él en este momento menos que nadie yo creo.
¿Y seguramente se preguntarán qué pudiera hacerlo tan especial a él más que a nadie? Y la respuesta es fácil, pese a sus más de 50 años de vida, es padre de familia de unos gemelos de unos 12 años y una beba de unos 3 aproximadamente... y ellos más que nadie requieren de su presencia para seguir su sano desarrollo como familia ¿o a ustedes les hubiese gustado perder a su padre en un hecho como este?... lo dudo.
Pero ahí no para la historia, destrás de los sentimentalismos y las cuetiones de salud, familia y bienestar; vayamos al lado frío del hecho; de ese taxi, precisamente subsiste la familia de Raúl; con ello envía a sus hijos a la escuela, les da para comer, paga su vehículo, y seguramente muchas otras necesidades; pero al igual que él, día a día cientos sino es que miles de mexicanos nos enfrentamos a la delincuencia que no ha podido ser controlada por los gobiernos y de la cual son patícipe las mismas corporaciones policiácas.
Lo cierto es que en este país, la guerra es sin cuartel, y los ciudadanos no tenemos respaldo, ni mucho menos seguridad; pero qué debemos hacer? Pues sencillo: ocuparnos más que preocuparnos, hagamos la suma de esfuerzo y voluntad ciudadana, levantemos la voz tan alto y tan fuerte que ensordezca a todos aquellos que nos han pasado por alto, sumemosnos en un ¡YA BASTA! Que al menos sepan que no estamos de acuerdo con este sobrevivir. O ¿qué opinan?    

miércoles, 15 de julio de 2009

No soy buena gente,
No esperes te sea fiel;
Mucho menos pienses que seré eterno
Porque ya no te querré 

lunes, 13 de julio de 2009

Tiro de Gracia

Sólo espero el tiro de gracia,
Sólo espero la palabra que me de la respuesta
Sólo quiero saber en verdad qué es lo que pasa
Sólo quiero que termines conmigo.

Sólo dame el tiro de gracia.

Juegos y Engaños

¿Recuerdan cuando tenían tan sólo cinco años de edad? El otro día estando en la cama con un completo desconocido me vino a la mente que a los seres humanos (hablemos de México en particular) nos preparan o mejor dicho nos entrenan en el nivel preescolar a hacer cantos y juegos; todo para encaminar nuestra tan desbordante energía, pero en ese entrenamiento "sin querer queriendo" -como decía el chavo del 8- permiten que podamos evadir lo que por naturaleza nos corresponde.
Y se preguntarán ¿de que habla este imbécil? y la verdad es que a esa edad la misma madre natura nos pauta el correr, gritar, jalarle el cabello a las mocosas que nos caen mal, tumbarle el diente al chamaco presumido, comerte la torta del de junto; pero noooooo! nos distraen de nuestro destino y hacen que engañemos al subconciente para que seamos bien portados, como todos unos muñecos de aparador.
En pocas palabras nos enseñan a engañarnos jugando; y así crecemos y llegamos a la adolecencia, te enamoras del chavo o la chava más súper mega wow del cole -claro si eres de los afortunados, pues obvio te hará caso- y nunca falta que llegue ese fatírico momento en el que te rese esa frase tan rebuscada pero efectiva de "no eres tu soy yo" y te manden de patitas poco más lejos que a chin... char a you mother; y obvio viene la depresión y el sentirte tan miserable que reprimes lo que sientes porque así te han entrenado desde peque a no sentir; a no se tú. Por ello los chavitos de esa edad corremos a la radio (claro hablo de mi entonces) o al ya tan famoso iPod para escuchar la rola que más pueda interpretar su sentir, la escuchamos una y otra y otra vez, no nos cansamos de hacerlo, y jugamos a engañarnos, tal y como nos enseñaron en el colegio... Nos escapamos de nuestra realidad cantando, bailando, jugando.
Pero en ese juego; cuando somos ya un poco mayores, aprendemos a hacerlo engaño; cual militar nazi estamos entrenados para controlar lo que sentimos, no pestañamos un ápice con tal de conseguir lo que queremos.
El engaño se presenta de tan diversas maneras; que es tan difícil distinguir de la realidad y la mentira; a tal grado que creemos en la bondad de las personas; de creer lo magnífico que puede ser un hombre o una mujer; de ingenuamente pensar que puede existir amor...
Hemos perfeccionado tanto el arte del engaño que podría sorprendernos a nosotros mismos la falsedad con la que podemos decir un te amo, ir y revolcarnos con cualquiera y volver a nuestra cama y hacer como que no pasó absolutamente nada; hemos aprendido tan bien, tan a la perfección que hemos dejado de percatarnos de nuestras propias infamias, de nuestra realidad tan retorcida que no nos deja mirar lo que en verdad está ocurriendo. ¿Cuánto soporta el alma; o bien eso que llamamos corazón? La verdad no se sabe, porque seguimos jugando a engañarnos de que todo está bien, seguimos en el juego y el engaño.

Dav de la Rosa