miércoles, 12 de agosto de 2009

Cuando la tecnología nos alcance




En cuantas ocasiones no escuchamos rezar esta frase (digo, principalmente aquellos que ya le pegamos a los 30 años de edad) al igual que muchas otras que anhelaaban ese futuro que hoy ya es presente.
Pero volviendo a la tecnología; yo recuerdo cuando mi única hermana decidió en la secundaria estudiar computación, mis padres le gritaron y rebatieron que para que diablos iba a estudiar esa cosa si aún no había campo de trabajo -no les hizo caso y hoy es LSCA- y de ese entonces a la fecha no hay mas que década y media de diferencia. Entonces no estaba tan lejos eso de cuando el futuro nos alcance.
Y hoy por la mañana cuando andaba por la calle me llamó la atención un fragmento de la charla que sostenían dos albañiles y en la cual me entometí, pues uno le replicaba al otro con respecto a que "tenía que copiar su música a una memory stick para liberar espacio y poder meter mas canciones en su reproductor" a lo que realmente quedé sorprendido, pues me he dado cuenta que los avances tecnológicos no requieren de un grado de estudios avanzado o una especialidad informática, hemos hecho de estos tecnicismos parte de nuestro lenguaje cotidiano.
Es así que me pregunto: ¿que pasará ya no en el próximo siglo, sino en la decada siguiente? en donde mis sobrinos -uno de 3 y la otra de casi 6 años- tendrán a su disposición los avances tecnólogicos de los cuales su madre fue pionera y que hoy gozan la facilidad de una personal cumputer (PC), los PSP, iPod, X Box, Wii, entre tantos mas y que son herramientas que ya les permiten tener contacto con la tecnología.
Lo cierto es que tendrán una vida mucho mas fácil de la que nosotros tuvimos al consultar la biografía de Benito Juárez con la que te vendían en la papelería de la esquina (si es que había) o al menos saber qué distancia existe entre el sol y la tierra y correr el riesgo de que tus papás no lo sepan, en fin, tantas y tantas cosas que nosotros tuvimos que surfear para llegar a donde estamos... Aprendiendo de cómo funciona, para qué sirve, las ventajas y desventajas de todos estos avances tecnológicos para con ello hacernos la vida mas fácil... O no?  

lunes, 3 de agosto de 2009

¿Cuánto por un céntimo de vida?




Diariamente los seres humanos estamos en constante desacuerdo de los parabienes o males que nos toca vivir, siempre deseamos algo mejor a lo que tenemos; pedimos tener lo que el de al lado posee y dejamos de valorar lo que se nos ha dado a manera de regalo por la propia vida.
Hemos dejado de observar los pequeños detalles que hacen de nuestro haber una experiencia extaordinaria, única e irrepetible y que seguimos empesinados en todo aquello que nos deslumbra y fascina, pero recordemos lo que reza aquella frase célebre "no todo aquella que brilla es oro".
Sentir la brisa del mar, el rayo del sol, escuchar el trinar de las aves y el poder sentir el afecto de tus seres amados, sólo las valoramos en momentos difíciles; cuando sentimos que la esperanza se ha terminado y que lo único que nutre el alma son los afectos.
"Mientras haya vida" es una cita que retomo de una charla que sostuve no hace tanto tiempo con alguien verdaderamente importante en mi vida; quien por cierto es de esas personas que  olvidas porque siempre ha estado ahí; pero bien, cuánto significado tienen estas tres palabras, pues habemos muchos que desperdiciamos nuestro haber en tantas banalidades, desperdiciamos los minutos enteros en lamentaciones, olvidamos ocuparnos en lugar de preocuparnos, pasamos por alto el esfuerzo de muchos por vivir.
Reflexionemos en aquellos que ese tiempo que nosotros desperdiciamos en trivialidades, lo aprovechan para disfrutar del respirar, de entonar un fragmento de su melodía favorita o tan sólo mover los brazos de alegría por poder escuchar la rola que les da vitalidad; aquellos que enfrentan la muerte, se le resisten y luchan por seguir disfrutando de cada momento que la vida misma les obsequia para contemplar esos pequeños detalles que al inicio de la misiva comentábamos.
Hay un caso reciente que ha captado mi atención, se trata de un niño llamado César Emilio, orizabeño; chayotero de corazón y precisamente es de ese órgano del que se encuentra enfermo, sufre de un padecimiento que los médicos definen como Tetralogía de Fallot; es una afección cardiaca que genera la pigmentación azulosa de su piel al no poder bombear la suficiente sangre oxigenada en su cuerpo y pone en riesgo su vida.
Pese a ello es un niño de menos de cuatro años de edad; quien gracias a su familia ha llevado una vida normal, con  los riesgos de su enfermedad, y es ese quizá uno de los pequeños; mas bien diría yo, de los grandes detalles que nos ofrece el vivir.
Pero ¿cuántos de nosotros ponemos verdaderamente atención a ellos? Sin duda creo que la gran minoría; y es ahora que llega a mi mente una cita de aquella cinta que filmara Wallt Disney hace mucho y que tituló "Mary Popins" y que me he permitido deformar: ¿cuánto por un céntimo de vida? Y podría apostar que ellos pagarían lo que fuese con tal se seguir gozando del privilegio de respirar.
Los invito a reflexionar; hagamos uso de un poquito de nuestro tiempo para llamar a nuestra madre, a nuestro hermano, al amigo, a la pareja para decirles cuanto los amamos, les aseguro que esos son los pequeños detalles que hacen importante el porque vivir.

En memoria de JP a quien seguiré extrañando. 

miércoles, 29 de julio de 2009

Cotidiano... Pero digno de reflexionar ¿no?


Diariamente en los noticiarios escuchamos información del constante crecimiento de la delincuencia y la poca eficacia de las corporaciones policiacas para frenarla.
Hablan de asaltos, asesinatos, violaciones y mucho más; pero si bien esto es un reflejo de la realidad actual; todos los hechos publicados no son otra cosa más que el grueso de las estadísticas, los números que les dan forma.
¿Pero qué pasa con los afectados después de?... Nunca lo había pensado hasta hace un par de días cuando a mi familia le tocó ser víctima de la delincuencia...
Raúl, hermano de mi madre es chofer de un taxi, desde hace poco más de una década logró ser uno de los beneficiarios de las ya tan codiciadas conseciones de placas en Veracruz. Este año [2009] realizó la renovación de su unidad y hace menos de una semana fue víctima de un asalto y el automóvil le fue hurtado.
Muchos podríamos pensar que si libró sano y salvo este hecho "habría que darle gracias a Dios" [en tono de doña Lucha] y en gran parte es verdad, la vida no tiene precio y la de él en este momento menos que nadie yo creo.
¿Y seguramente se preguntarán qué pudiera hacerlo tan especial a él más que a nadie? Y la respuesta es fácil, pese a sus más de 50 años de vida, es padre de familia de unos gemelos de unos 12 años y una beba de unos 3 aproximadamente... y ellos más que nadie requieren de su presencia para seguir su sano desarrollo como familia ¿o a ustedes les hubiese gustado perder a su padre en un hecho como este?... lo dudo.
Pero ahí no para la historia, destrás de los sentimentalismos y las cuetiones de salud, familia y bienestar; vayamos al lado frío del hecho; de ese taxi, precisamente subsiste la familia de Raúl; con ello envía a sus hijos a la escuela, les da para comer, paga su vehículo, y seguramente muchas otras necesidades; pero al igual que él, día a día cientos sino es que miles de mexicanos nos enfrentamos a la delincuencia que no ha podido ser controlada por los gobiernos y de la cual son patícipe las mismas corporaciones policiácas.
Lo cierto es que en este país, la guerra es sin cuartel, y los ciudadanos no tenemos respaldo, ni mucho menos seguridad; pero qué debemos hacer? Pues sencillo: ocuparnos más que preocuparnos, hagamos la suma de esfuerzo y voluntad ciudadana, levantemos la voz tan alto y tan fuerte que ensordezca a todos aquellos que nos han pasado por alto, sumemosnos en un ¡YA BASTA! Que al menos sepan que no estamos de acuerdo con este sobrevivir. O ¿qué opinan?    

miércoles, 15 de julio de 2009

No soy buena gente,
No esperes te sea fiel;
Mucho menos pienses que seré eterno
Porque ya no te querré 

lunes, 13 de julio de 2009

Tiro de Gracia

Sólo espero el tiro de gracia,
Sólo espero la palabra que me de la respuesta
Sólo quiero saber en verdad qué es lo que pasa
Sólo quiero que termines conmigo.

Sólo dame el tiro de gracia.

Juegos y Engaños

¿Recuerdan cuando tenían tan sólo cinco años de edad? El otro día estando en la cama con un completo desconocido me vino a la mente que a los seres humanos (hablemos de México en particular) nos preparan o mejor dicho nos entrenan en el nivel preescolar a hacer cantos y juegos; todo para encaminar nuestra tan desbordante energía, pero en ese entrenamiento "sin querer queriendo" -como decía el chavo del 8- permiten que podamos evadir lo que por naturaleza nos corresponde.
Y se preguntarán ¿de que habla este imbécil? y la verdad es que a esa edad la misma madre natura nos pauta el correr, gritar, jalarle el cabello a las mocosas que nos caen mal, tumbarle el diente al chamaco presumido, comerte la torta del de junto; pero noooooo! nos distraen de nuestro destino y hacen que engañemos al subconciente para que seamos bien portados, como todos unos muñecos de aparador.
En pocas palabras nos enseñan a engañarnos jugando; y así crecemos y llegamos a la adolecencia, te enamoras del chavo o la chava más súper mega wow del cole -claro si eres de los afortunados, pues obvio te hará caso- y nunca falta que llegue ese fatírico momento en el que te rese esa frase tan rebuscada pero efectiva de "no eres tu soy yo" y te manden de patitas poco más lejos que a chin... char a you mother; y obvio viene la depresión y el sentirte tan miserable que reprimes lo que sientes porque así te han entrenado desde peque a no sentir; a no se tú. Por ello los chavitos de esa edad corremos a la radio (claro hablo de mi entonces) o al ya tan famoso iPod para escuchar la rola que más pueda interpretar su sentir, la escuchamos una y otra y otra vez, no nos cansamos de hacerlo, y jugamos a engañarnos, tal y como nos enseñaron en el colegio... Nos escapamos de nuestra realidad cantando, bailando, jugando.
Pero en ese juego; cuando somos ya un poco mayores, aprendemos a hacerlo engaño; cual militar nazi estamos entrenados para controlar lo que sentimos, no pestañamos un ápice con tal de conseguir lo que queremos.
El engaño se presenta de tan diversas maneras; que es tan difícil distinguir de la realidad y la mentira; a tal grado que creemos en la bondad de las personas; de creer lo magnífico que puede ser un hombre o una mujer; de ingenuamente pensar que puede existir amor...
Hemos perfeccionado tanto el arte del engaño que podría sorprendernos a nosotros mismos la falsedad con la que podemos decir un te amo, ir y revolcarnos con cualquiera y volver a nuestra cama y hacer como que no pasó absolutamente nada; hemos aprendido tan bien, tan a la perfección que hemos dejado de percatarnos de nuestras propias infamias, de nuestra realidad tan retorcida que no nos deja mirar lo que en verdad está ocurriendo. ¿Cuánto soporta el alma; o bien eso que llamamos corazón? La verdad no se sabe, porque seguimos jugando a engañarnos de que todo está bien, seguimos en el juego y el engaño.

Dav de la Rosa